Lo difícil que es competir, el caso de Ternium de Tehcint
Lunes, 18 de Noviembre de 2024
La apertura importadora del Gobierno Nacional “llegó hasta los insumos para la industria metalúrgica como acero y aluminio, afectando los intereses de la monopólica Techint, de Paolo Rocca, quien ya salió al cruce del Gobierno y amenazó con despidos en el sector”, explicó el diario El Ciudadano.
Para el medio rosarino “la resolución nacional, que se conoció a fines de agosto, comenzó a tener su repercusión en el entramado productivo estas últimas semanas. Si bien para las industrias de la región puede representar la posibilidad de acceder a nuevos proveedores, para la casa madre del acero en Argentina esto significa una competencia con el mercado chino, caracterizado por ofrecer precios muy por debajo de los del mercado local”.
Ante este escenario el CEO y referente del sector, Paolo Rocca, manifestó que con China en la conversación “la cancha no está nivelada” y de esa manera la industria argentina “no logra competir”.
Frente esa a situación el propio Rocca ya deslizó que la variable de precio será una reducción drástica del plantel de empleados. Alrededor de 600 empleados, “entre directos e indirectos, ligados a la planta de Ternium, en San Nicolás. Si bien corresponden a otro dueño, la apertura al acero extranjero puede ocasionar daños también en Acindar, con plantas en la región”.
“Más allá de las consecuencias, que pueden ser delicadas para el mapa laboral de la provincia y alrededores, el cambio en las disposiciones comerciales que dispuso el gobierno nacional altera las reglas de juego políticas y estratégicas vigentes en las últimas décadas. El ingreso de insumos del exterior para la industria y la construcción obliga a las monopólicas Techint o Aluar a competir para seguir sosteniendo sus negocios en el mercado local”, sostuvo el diario.
Y agregó que “durante los últimos años industriales pyme no veían con malos ojos la posibilidad de contar con nuevos proveedores de acero o aluminio, ya que una queja recurrente (por lo bajo ante el temor a represalias) fue históricamente que los precios los fijaban en una mesa chica las empresas monopólicas. Cualquier manifestación contra ese monopolio podía tener repercusión posterior al momento de la entrega de material”.
El problema ahora es que la apertura de barreras no solo incluye insumos, sino también productos terminados, es una desregulación con apertura indiscriminada. Está claro que no es lo mismo que entre una chapa para fabricar una heladera, que una heladera terminada, sostuvo el medio.